Este es un blog nacido de las paranoias y paridas de Lironcillo y Grainne. No nos hacemos responsables de la salud mental de las autoras ni de los comentarios vertidos (o más bien derramados) por ellas. Para más información, pregunten al manicomio más cercano.

lunes, agosto 13, 2007

Lo siento, chicos, esto va a ser largo

Imaginad que tienes un amigo. Llamémosle compañero de trabajo con el que te llevas bien.

En épocas más felices salíais por ahí de kedada con todos los de curro, en la ofi existían los corrillos y hablábais todos los días, pero de un tiempo a esta parte, no sabes muy bien por qué, prácticamente ya no os juntáis para hablar todos, y como ya no desayunas con ellos, pues ya casi no habláis, y echas de menos las charlas frikis, pero bueno, no pasa nada, les ves todos los días, ¿no?

Intentas ir a ver a todos, más o menos, pero a él no vas a verle, porque, reconozcámoslo, es un borde de cojones cuando quiere (o sea, siempre) y últimamente no te pone buena cara cuando te pasas por allí. Eso y que la mitad de las veces no está en su sitio, el muy culoinquieto.

Él no viene a verte a tí, pero sí a tus compis que están enfrente, así que pasa como cinco o seis veces al día al lado tuyo, pero no te dice ni hola. Tú, que no te gusta meterte donde no te llaman, no te metes en sus conversaciones, porque si no te dice hola por algo será, así que prácticamente no habláis. Aún así, tú no te preocupas, al fin y al cabo todavía os cruzais por los pasillos de vez en cuando y seguís haciendo chascarrillos, así que no le das importancia.

En esto que llega el MetroRock. Tú llevas hablando de él desde que te compraste las entradas porque ¡YAY! vas a ver a Muchachito, pero como casi no habláis, igual el chico no se ha enterado. El lunes antes del concierto, a la hora de salir, viene a ver a tu compi, llamésmole J y le comenta que "a ver si va a por las entradas del MetroRock y tal", y tú, que no estás sorda, después de pensar ¿what the fuck, él también va al MetroRock?, le explicas amablemente dónde tiene que ir a recoger las entradas y le preguntas:

- ¿Vas al MetroRock?, yo también voy.

Esperas algo como "Ah, pues ya nos veremos" o "¿y a qué escenario vas?" o algo por el estilo, pero él te mira con la mayor indiferencia del mundo, luego otra cara de "Ajá" y sigue hablando tranquilamente con J. Tú, como es lógico, lo flipas un poquito y te cabreas en el trayecto del metro, pero luego piensas, eh, tampoco es para tanto, mañana hablas con él del concierto, con un poco de suerte ellos sí llevaran bebercio y les podrás gorronear un par de minis de algo. Genial.

A la mañana siguiente te lo cruzas al entrar cuando estáis fichando, y él te pone la mirada de compromiso de "me estoy cruzando con un conocido del trabajo" y tira para la cafetería. Tú lo flipas aún más, pero aún así perseveras, y en aras de vuestra antigua amistad (llamemosla relación entre compañeros que se llevan bien) le preguntas más tarde si ya tiene las entradas, él te dice que todavía no, que tiene que quedar con no sé quién y sigue su camino. Bueno, nada espectacular, pero te ha respondido civilizadamente.

Cuando al día siguiente vas a ver a otra compi y el está por ahí y te pone otra vez cara de "hola por compromiso" te mosqueas del todo, joder, normal, ¿no?

Al día siguiente, y ya es jueves (os dije que iba para largo), una de las jefas celebra su cumple y os tirais toda la tarde de copas y de karaoke. Te preguntan que dónde están los chicos, y tú respondes sinceramente que no lo sabes, y empiezas a pensar que hay que ver, que ya no hablas nada con ellos, que realmente no te enteras de nada de lo que les pasa, que cómo les echas de menos en general, que a ver si hablas con ellos (concretamente con él, que es del que no sabes ná de ná) en plan buen rollo, y ya llevas varias cervezas encima y todo te parece muy fácil y bonito, y llegas a casa, y aunque estás perfectamente, ya estás un poco mayor y no pegas ojo en toda la noche y llegas al curro bastante echa polvo.

Te vas a ver a otra compañera, llamemosla S, que ayer estaba un poco perjudicada (y había quedado con el novio, y llegaba tarde y, de hecho, no sabía cómo iba a llegar), para ver cómo había acabado la tarde, y resulta de J y él están hablando con ella. Vas hacia allí y preguntas un inocente "Qué, ¿cómo acabaste ayer?". Él pone cara de Jooooder, a la vez que suelta aire (ya sabéis a qué expresión me refiero), salta un "yo me piro". Y efectivamente se pira.

Tú no sabes dónde meterme, tu compañera S también se sorprende bastante, terminas de hablar con ella y te vas a tu sitio, con un cabreo y un desconcierto considerable. ¿Sé puede saber que cojones le pasa? No te apetece absolutamente nada hablar con él, esta actitud suya te desconcierta bastante y te sientes dolida, qué coño, ha pasado de la indiferencia al desprecio, y no lo entiendes, así que tomas la segunda decisión más inmadura de tu vida, y decides dejar de hablarle. Eres consciente de que tenías que haber hablado traquilamente con él y solucionar las cosas de una manera racional, pero es que no-te-apetece tener que ir detrás de él preguntándole ¿es que ya no me ajuntas?, tienes mucho orgullo, y además si tiene algún problema contigo que te lo diga, ¿no?, joder ya.

Llegas al concierto, sin poder evitar pensar en el muy gilipollas, y ves una camiseta que le encantaría, pero pasas de mandarle mensajito, "eh, camiseta de las tuyas", porque no tienes el cuerpo para buen rollo, y que le den. Y esa es tu filosofía durante los siguientes días, que le den concurso, así como un mantra. El lunes se pone a hablar con J del concierto y tú pasas ampliamente de él (que le den), y él por supuesto ni te dirije la palabra. Que le den, he dicho.

Pasan los días, tú no le hablas, de hecho cuando os cruzáis por los pasillos ni le miras, porque si lo haces a lo mejor le das una patada o algo. Tú te vas de vacaciones. Él se va de vacaciones. Y no os cruzáis ni media palabra. Mejor así, ha dejado muy claro que pasa de tí y no le ha importado lo más mínimo que dejaras de hablarle. Queledenqueledenqueleden.

Sí. Genial. Si no fuera porque ahora ha pasado lo que jamás pensaste que podría pasar en este curro: vas a trabajar deprimida. No tienes ninguna gana de ir, porque no tienes ganas de verle, aunque en realidad lo que quieres es darle dos ostias y decirle ¡¡qué coño ha pasado!! y desearías no haber llegado a este punto sin retorno en el que parecéis dos extraños. Vas por la oficina con una cara hasta los pies, y aún es peor sin tener trabajo que hacer y no poder distraerte.

- ¿Qué te pasa Grain?
- ¿Estás bien?
- Estás muy seria, Grainne, anímate.
- ¿Estás mala?

No me pasa nada, dices. Estoy bien, dices. Sólo echo de menos a mi amigo, llamésmole compañero con el que me llevaba bien, piensas.

Y como eres una sensiblera de mierda, y aunque te joda sentirte así, te entran ganas de llorar.

9 comentarios:

Marta dijo...

Bueno chica, tú ya sabes lo que pienso... y también sabes que en este momento soy la menos indicada para darte consejos de este tipo ;_;

Yo también pienso: queledenqueledenqueleden... pero en el fondo no es lo que quiero.

Esto es una mierda.

Anímate, anda.

Besotes.

Anónimo dijo...

Muxos anímos wapa y sip q ls den pero muy mucho y tú piensa en la cantidad de cosas q te quedan por vivir este verano, incluso lo de quedar con unas petardas ;)

fridwulfa dijo...

Ay, muchacha, qué jodido.

Yo me ataría los machos y le plantaría cara. Total, lo más que puede pasar es que después sigáis sin hablaros, pero por lo menos saldrás de la duda.

fer dijo...

vuelca tus esfuerzos en la gente que todavía te trata como una persona y punto

Anónimo dijo...

Eeeee... ¿de mes andrófobo y sin vernos???

Anónimo dijo...

pues yo le preguntaria que coño le has hecho pq como no crees haberle hecho nada al final pensaras que es un gilipollas y te quedaras mucho mejor, y si al final le has hecho 'algo' pues al menos te podras comer el coco con algo

Anónimo dijo...

aunque claro teniendo en cuenta que yo soy la mas cobarde en eso de enfrentarme a la gente yo seguro que no haria absolutamente nada.

grainne dijo...

Si el problema es que tenía que haber hablado con él en el momento en que me mosqueé, ahora ya no tiene mucho sentido, me temo que hemos llegado a un punto de no retorno...

Pol dijo...

Lo peor de encontrar a alguien borde y con el mismo orgullo que tu...es que el dia que os enfadáis...se acabó...A mi me pasó, hace 5 años que ya no hablo con él.

Ánimos!

Muaks!