Mi casa no es tan grande como la de Grainne (creo), ni tan antigua. No tiene habitaciones con dos puertas, ni tragaluces de una habitación a otra y tampoco ningún niño ha muerto de felicidad (ni de nada más, oiga).
Pero mi casa también tiene trampas mortales.
Con toda seguridad, si entras corriendo al salón para coger el teléfono podrás escoger entre a) patinar y escogorciarte en ese trocito de parquet que, sí o sí, siempre resbala o b) dejarte la rodilla en una de esas mesitas pensadas justo para eso (a la altura perfecta y con el ángulo de 90º afilado y superestupendo). O bien una combinación de a) y b). No es muy recomendable.
En mi cuarto también hay un trozo de esos de patinaje, pero la estrella es mi silloncito. Es la maravilla hecha sillón, pero como vayas descalzo el dedito pequeño del pie te lo dejas. Sin más. Golpe seco. CRACK. De hecho, creo que una vez me lo llegué a romper (aaauuuhhh!!x2). Hasta F ha sufrido las maldades de mi sillón (claro, va descalzo todo el año... luego se queja si le piso).
martes, enero 24, 2006
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3 comentarios:
JAJAJAJAJA!!!!
Lo de descuageringarte con el parqué te pasa por ir en calcetines. Y lo del dedo meñique, ay, yo también lo he sufrido, aunque, bueno, no con tu sillón.
XD
ley de murphy aplicada a los pies descalzos, 'siempre te darás en el dedo meñique aunque vayas con mil ojos, cosa que nunca nunca sucederá si llevas zapatos'
corolario: 'zapatilla no es zapato y el golpe en el dedo es directamente proporcional a la finura de la tela'
Que no, que voy en zapatillas de estar por casa!!!! Resbalan igual, te lo juro.
Lo del sillón sí, pero sólo en verano.
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