Este es un blog nacido de las paranoias y paridas de Lironcillo y Grainne. No nos hacemos responsables de la salud mental de las autoras ni de los comentarios vertidos (o más bien derramados) por ellas. Para más información, pregunten al manicomio más cercano.

lunes, enero 02, 2006

Menos mal que tenemos a lironcillo...

Como podeis comprobar, Lironcillo es una persona mucho más maja que yo, y se ha tomado la molestia de felicitaros el año, con fotos chulas incluidas. Pero bueno, ya que estoy

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

por felicitar que no quede, oyes, que por felicitar a diestro y siniestro y hacer el cafre con las camareras (lo que, por otra parte, es habitual. Lo de hacer el cafre, digo, no lo de hacerlo con las camareras), nos llevamos de propina tropecientos cotillones, uno por cada vez que nos acercabamos a la barra. Y es que cantar a voz en grito Mamma mia! con coreografía incluida une mucho, aparte de que, ¡que narices!, te lo pasas pipa. A, pero, cómo, ¿vosotros no os lo pasais pipa haciendo eso? ¿estaís seguros de que chillais hasta desgañitaros y de que haceis bien el movimiento de cabeza de un lado para otro mirando a cámara por el camino? Porque lo del movimiento de cabeza es importante. ¿Ni así? Jo, entonces, teneis un grave problema.


¿Creíais que me iba a ir sin hablar de las superfotos que ha colgado el lirón? ¡Ingenuotes!
Como sé que sois muy listos y sabeis hacer eso de deducir por eliminación, no os tengo que decir que la que está con Londres de fondo es una servidora. Lo que pasa es que L me conoce muy bien, y sabe que lo mío con London es amor verdadero. Cuando me levanté el sábado me acordé de ella #suspiro#, porque era de esos días en que el cielo está encapotado con nubes casi azules y las calles están mojadas, y hay un momento en el que sale el sol. Y es en ese momento, justo en ese momento, cuando me siento como si estuviera paseando por Bloomsbury con el paraguas en la mano y una sonrisa de oreja a oreja. Pero cuando más me acuerdo de London es cuando salgo al balcón y me viene el olor del restaurante egipcio de abajo. ¿Londres huele a restaurante egipcio? Casi. Huele a especias, sobre todo cuando vagabundeas por el Soho y te entran unas ganas increíbles de comerte un kebab o un plato de tandori o algo, porque, joder, todo huele condenadamente bien. Aunque lo mejor para saber que realmente has llegado a London no es la sopa de guisantes, los pubs en cada esquina, la niebla, o las inglesas horteras (God bless them), no, es caminar por el Whitehall y toparte con un sir con traje, paraguas negro y, sí, bombín.
Ya sabeis lo que dicen: 'Good girls go to heaven, bad girls go to London'.

4 comentarios:

fridwulfa dijo...

Ains... LONDON!!!!
Lo amas, grainne, pero no tanto como yo.

Anónimo dijo...

Mare mare ataques de "melancholy"(se escribe asini?) para empezar el año, bueno mujeres ya os tocará otro viajecito por allí.
Por cierto, ¡¡¡FELIZ AÑO!!! y grainne jamia tengo tres gorritos de con luz propia en ksa dime si quieres alguno.

Bsts

grainne dijo...

Bueno, bueno, en este caso London sí es lo suficientemente grande para las dos, XD.

En cuanto al gorrito, causó sensación en casa, pero con uno creo que me vale. Lo malo es que ir con él por la calle es un poco fuerte, pero si alguien se me une...

Marta dijo...

He vuelto! ¿De qué clase de gorrito estáis hablando? Miedo me dais...